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Capitulo IV La teoría en la practica

Había acumulado mil maneras de combatir a ese sistema opresor que no le dejaba desarrollarse como persona, o eso creía él, pero no tenía claro como llevarlos a la práctica.

El que más le preocupaba era el tener que hacer la mili, sabía que con lo contestatario que era, sería el escarnio de los instructores,

Le informaron que el nuevo gobierno había aprobado una ley de objeción de conciencia para los que no quieran hacer el servicio militar pero tendrían que hacer más tarde un servicio a la comunidad.

Ni corto ni perezoso memorizó el numero , el nombre y la fecha de publicación de la nueva ley, y el día que se tenia que presentar a filas se presentó con humildad ante un oficial para solicitar un aplazamiento o algo para librarse del servicio.

Tan sumiso parecía que el soldado que lo atendía se creció empezando a burlarse de él  haciendo le preguntas estúpidas, demostrando un menosprecio y la superioridad  que le daba el uniforme sobre la persona civil. Cuando ya parecía que el soldado se regocijaba en su victorioso enfrentamiento , Luis le pregunta por la nueva ley.

El soldado que había descuidado sus defensas,  quedó boquiabierto y sin poder balbucear una respuesta comprensible, Luis antes de que el soldado se repusiera le canto el nombre , le canto el numero de la ley y el día de la publicación ocasionando la parálisis cerebral al pobre soldado con cierta graduación, tenia enfrente a un civil, por lo que no le valían de nada sus rayajos y galones cosidos en  la solapa y a las hombreras del uniforme, viéndose obligado a trasladar el conflicto a un superior de rango para que le diese la contestación adecuada.

Luis fue pasando de oficina en oficina de mostrador a mostrador de oficial a oficial y cada vez con mas adornos en el uniforme, que les proporcionaba una arrogancia superlativa directamente proporcional a los pins que llevaban en el cuello del uniforme,

Como ya sabían la pregunta empezaban altivos y amenazantes para ver si Luis se amedrentaba, pero Luis también se había asesorado y mientras fuera un civil de nada les valían las fanfarronadas militares, por muy alto rango que tuviera el interlocutor

Tras el paso por lo que a Luis se le antojó una interminable procesión de despachos y mostradores le informaron que el primer despacho en el que había estado, estaban los impresos a rellenar para estas circunstancias, pero el soldado no estaba autorizado a entregarlos, sin la orden de un superior de alta graduación

Luis salió pletórico del cuartel, se había enfrentado, el solo a todo un cuartel del aparato militar del ejercito de la nación y tuvieron que doblegarse a las exigencias de un simple civil, bueno era Luis

Era consciente de que solo había aplazado el problema, pero para cuando le llamaran para el servicio civil sustitutorio iba a tratar y negociar con gente normal y no con soldados que se creen seres superiores, o al menos  imponen más respeto  aunque solo sea por su arrogancia

A partir de esa batalla victoriosa se gano un respeto entre los colegas que se reunían en interminables tertulias ideológicas, las  circunstancias se alinearon para que fuera el  primer objetor de conciencia de todo el país y se percato de que a partir de entonces  todo lo que expresase se podría tomar como referente por lo que tendría que medir la palabras que dijese dependiendo del lugar y la gente a la que fueran dirigidas

En el fondo le fastidiaba ese respeto pues le coartaba la libertad de decir memeces de vez en cuando, como al resto de los mortales, se había convertido en un líder sin pretenderlo, era  asfixiante para un ácrata como él que la gente le tuviera por un líder a tener en cuenta.

Empezó a sopesar las ideas de autosuficiencia que corrían  de boca en boca entre la gente que había leído los libros de John Seymour, con la muerte del dictador se había producido una apertura cultural, sobre todo para los libros con ciertas alternativas al sistema económico existente , llegaban rumores de colectividades alternativas en California (movimiento hippies) que triunfaban con el trueque como principal moneda y las corrientes budistas con los seguidores de  Jack Kerouac (los vagabundos del Dharma) y Siddhartha de Hermann Hesse, con retraso respecto al mundo exterior pero llegaban las nuevas corrientes que pretendían una revolución personal previa a la revolución social .

Luis se vio cada vez más identificado con esas tendencias de superación y encuentro personal, realizar una revolución interior para exportarla a los vecinos y esparcirla sin final, tal vez influiría la afinidad con Katalina, con la que iba descubriendo las nuevas tendencias.

Por fin iba a dejar de teorizar para llevar a la practica sus principios y con la experiencia de error y éxito despejar todas las dudas.

Se estaban formando ya varias colectividades que no llegaron a cuadrarle ni a él ni a Katalina unas por seguir a un líder espiritual, o dar esa sensación, y otras parecían ya cerradas a nuevas incorporaciones, estando demasiado definidas para su punto de vista

Su amigo Gregorio les puso al corriente de un proyecto personal en el,norte de Alicante en la garganta de un desfiladero y sin pensarselo dos veces hicieron las mochilas y emprendieron la marcha.

Llegaron en plena campaña de naranja por lo que si no les cuadraban siempre podrían incorporarse a las cuadrillas agrarias de recolecta de naranjas

El proyecto era de un muchacho un poco mayor que ellos que había comprado unos terrenos con una ruina de corral en un barranco con una fuente y varias balsas abandonadas , todos los bancales del barranco estaban abandonados así como varios corrales, había hablado con la gente del pueblo para poder arreglar una edificación ,que estaba derruida, pero a pesar de ello, ofrecía mejores condiciones que la que había adquirido.

Ya tenía varios pinos cortados y pelados para que sirvieran de vigas para cubrir el corral que había elegido, las vibraciones eran buenas, mejor que el lugar, ya que no había camino practicable, para bajar hasta las balsas, se bajaba por una senda estrecha, que en algunos sitios estaba formada por escalones, que arrancaba en una explanada en la que se ubicaban cuatro corrales y allí si que se podía acceder en vehículo por un camino de tierra de 4 kilómetros, vamos que estaba dos cuadras mas allá de donde Cristo perdió el gorro, por lo que se quedaron a ayudar a socarrar los pinos cortados para que no le entrara las carcomas, al socarrar la superficie se carbonizaba y formaba una capa dura que las carcomas no podían perforar.

Una vez que las vigas ya estaban puestas, como les gusto el entorno, buscaron un terreno con cobertizo arriba, donde los vehículos pudieran llegar con los materiales para acondicionar la edificación.

Estaban a unos 45 minutos andando de un casa a la otra y adquirieron unas cabras que compartían intercambiando cada noche de corral y por la mañana se juntaban para desayunar tras ordeñarlas, las frutas del tiempo que recolectaban pastando de árbol frutal en árbol frutal y un buen vaso de leche de cabra les proporcionaban un buen desayuno, también desayunaban muchas veces higos chumbos.

Con la llegada del invierno, los almendros perdieron las hojas y las frutas que les brindaba la naturaleza se redujo a los higos chumbos y algunas higueras que conservaban higos secos en sus ramas.

Un día que bajaron al pueblo aprovechando que era día de mercado ambulante, estaban desayunando en el bar de la plaza cuando entraron la pareja de la guardia civil.

Uno de los guardias civiles se dirigió a la mesa donde estaban desayunando apaciblemente, para pedirles que se identificaran, Luis estaba en edad de estar cumpliendo el servicio militar, y aunque le apuntaron como objetor de conciencia, no le habían dado ningún justificante que así constase.

La primera reacción del guardia civil fue la de acusarle de prófugo queriéndoselo llevar detenido al cuartelillo.

Luis le explico que se había declarado objetor de conciencia y no le habían dado ningún justificante, que estaba desayunando y que no pensaba acompañarlo a ningún sitio. Que se quedase con el DNI y fuera a informarse con el documento al cuartel , que el le esperaría en el bar ya que no podría ir a ningún lado sin el DNI.

Tras un tira y afloja de argumentos y motivos un guardia civil se fue con el DNI y el otro se quedó en el bar custodiando una posible huida

Al cabo de un rato, que parecía interminable, pues toda la clientela del bar estaba pendiente de los ocupantes de la mesa vigilada por el guardia civil que se había quedado, entro el otro con el sargento del puesto que se encaró con Luis devolviéndole el carnet con estas palabras

-”CON GENTE COMO USTED COMO VAMOS A SACAR LA PATRIA PARA ALANTE”

 

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