SEXO
Ya es hora de hablar de sexo, sí, no digo del género de las personas, digo del acto sexual en sí mismo, de un intercambio mutuo de caricias, de un dar y tomar generoso y compartido. En definitiva, de un cortejo infinito, que justo termina cuando una de las partes dice basta, dice no.
Porque ahora, tras el veredicto del juicio en el caso del futbolista Dani Alves, por fin se ha establecido que una relación, en un principio consentida, no tiene por qué ser consentida hasta su última consecuencia. En cualquier momento, una de las partes puede dar por finalizada la relación sexual, sin ninguna obligación a seguir.
La tan criticada ley del solo, sí es sí, tiene su parte de logro en este aspecto, hasta la fecha, ninguna víctima de una agresión, sobrevenida tras aceptar iniciar una relación, era considerada como víctima, más bien, era considerada incitadora de los hechos, como provocadora, por mucha resistencia que pusiera para que no continuar en un momento dado.
Al fin y al cabo, el sexo es una experiencia, que no tiene por qué ser, tal y como se esperaba en un principio, y es entonces, cuando una de las partes, que ya no le resulta agradable, decide parar.
En una relación sexual sana y respetuosa, no hay sitio para las imposiciones, siempre es la voluntad inequívoca de conseguir que el placer sea mutuo, es más, yo considero que si se busca que la otra parte goce, más que el obtener el propio placer, siempre se llegará al éxtasis del orgasmo tan deseado en toda relación.
Y no nos engañemos, se nota y mucho cuando la otra parte goza, por lo que no tendría que haber ninguna oposición cuando una de las partes dice “no, para o basta” porque lo extraño, es que no lo haya notado, ¿en qué pensaría el que no se da cuenta?
El sexo es cosa de dos, como mínimo, lo demás es masturbación.
Sexo y amor
Sexo y amor, amor y sexo
puede haber amor sin sexo
puede haber sexo sin amor
pero cuando el sexo es con amor
es tan sublime como
cuando hay amor con sexo
nos entregamos el uno al otro
con la confianza plena
con deseo pero con respeto
sin vergüenza pero con confianza
compartiendo caricias y besos
buscando respuestas calladas
que transmiten nuestros cuerpos
oír las señales que indican
los pasos a seguir, las caricias
los besos que uno espera y el otro da
es la comunicación continuada
el entendimiento sin tregua
Alcanzar la meta al unísono
esos temblores conjuntos
el gozo compartido
tú conmigo y yo contigo
los escalofríos, sobresaltos
el éxtasis alcanzado
mirándonos a los ojos
no hacen falta palabras
nuestras caras lo dicen
somos felices
Eduardo Bellver (poema del libro “Me estoy secando Divagaciones rimadas”)